
Patricia Rodríguez Rendón (31) había desaparecido un martes en Catriel. Fernando Cronenbold, padre de la hija de la víctima, confesó el crimen y marcó el lugar donde descartó el cuerpo. Mató a golpes a su ex, la envolvió en film y la enterró. En diálogo con Radio Seis, Lorena Mendez aseguró que se dio cuenta de que algo pasaba desde el primer momento en el que no fue a buscarla.

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La localidad rionegrina fue escenario de un crimen atroz: a Patricia Rodríguez Rendón (31) la asesinaron a golpes, su cuerpo fue envuelto en papel film y descartado en una zona descampada, a unos 70 kilómetros de la ciudad. Por el homicidio está detenido el ex de la víctima, Fernando Cronenbold (43), quien confesó que la mató a golpes y dijo dónde enterró el cuerpo.
Radio Seis dialogó con una amiga de Patricia, Lorena Méndez, que fue quien hizo la denuncia por la desaparición. En estas circunstancias, ella está siendo parte del proceso judicial. Habiendo transcurrido estos días, esta mujer se refirió a la exposición pública y cómo fueron sus días, «fueron muy duros porque extrañarla mucho me pone muy triste, ella era como mi hermana, todos los días la veía, venía a mi casa o yo iba a la suya», sostuvo.
Méndez y Rendón se conocían hace nueve años, «compartimos muchos momentos, cumpleaños, comidas los domingos.. A ella le gustaba cocinar. Cocinaba comida boliviana y yo más cocina argentina», recordó y remarcó que ella era la única persona que había encontrado que venía de Santa Cruz (Bolivia), «yo le decía que era como mi hermana».
Méndez sostuvo que nunca se imaginó esta situación, «nunca se me pasó por la cabeza. Cuando desapareció pensé que la había golpeado o encerrado pero nunca lo que hizo. No se me pasa por la cabeza cómo alguien puede hacer esas cosas, con una persona tan buena. No tienen idea qué persona tan grande era ella». Además, indicó que «tenía vínculo con él, iba a comer con ellos cuando estaban juntos o venían a comer a mi casa».
«Yo veía cosas así en la tele o en las películas, pero nunca me habían tocado tan de cerca, con personas tan queridas como Patricia»
Al momento de la desaparición, Méndez contó que se dio cuenta de que algo pasaba en el momento en que «no me vino a buscar, yo le mandé un mensaje diciéndole que iba a ir a su casa, que me pasara a buscar. Vivíamos a tres cuadras de distancia entonces le dije que cuando saliera de su casa que me avisara así la esperaba en la puerta de adelante. Cuando se hicieron las 11 de la mañana, miro el teléfono y le digo a mi esposo ‘qué raro que no me leyó los mensajes’. A las 11:04, él me dice ‘vamos a buscarla a la casa’, fuimos a buscarla y no estaba, fuimos a la tienda y no estaba».
En ese momento creció la angustia y la preocupación, «nos íbamos a ir de viaje y tenía que arreglarse. Me preocupé, me acerqué a la tienda y le hablé a la empleada, me dijo que el señor que nos iba a llevar al aeropuerto también había estado preguntando por ella. Fui a la casa de Fernando y el ayudante me dijo que no estaba, volví a mi casa y no aparecía. Por eso, fui a poner rápidamente la denuncia», aseveró.
Respecto a si Patricia daba indicios de estar sufriendo violencia de género, Méndez contestó que le contaba que él le pegaba. «Yo le decía que lo deje porque no servía. Y ella me decía que la nena lloraba si no estaba con él entonces quería que se críe con su padre. Patricia se crió sin su mamá entonces no quería que su hija sufriera alguna falta».
Este par de amigas iba a realizar un viaje corto, «nos íbamos a Buenos Aires a comprar ropa y volver. Me decía que me iba a llevar a conocer el obelisco. Estaba entusiasmada porque ya habíamos hecho otros viajes y la pasábamos muy lindo porque nos cuidábamos la una a la otra».
«Jamás se me cruzó por la cabeza que alguien que yo quería iba a pasar por esta situación»
«Nadie se merece ser víctima de otra persona, ella era una persona tan buena, tenía toda una vida por delante, muchos proyectos con una hija chiquita. Siempre miraba para adelante», expresó Méndez.
La hija de Patricia ahora está a resguardo, «la cuidó este fin de semana y habla muy bien de su mamá, la extraña mucho. Ahora viene su cumpleaños y dice que va a pedir dos deseos ‘que su mamá tenga vida’ y ‘tener los maquillajes de ella’. Tiene seis años, cumple siete en agosto. Dormían juntas, la nena siempre se crió con todas sus amistades, a todas nos dice tías”.
Acerca de si cree en la justicia, Méndez indicó que “quiero creer que existe la justicia, tiene que hacerse justicia porque yo lo veo todo tan claro por donde lo mires hay testigos, evidencias, fotos, cámaras. Hay de todo, tienen que mirar el teléfono”.