
Como todos los miércoles, abrimos nuestro consultorio con el especialista en psicología para analizar el Fenómeno GH desde una mirada crítica.
El arte de las historias
Jorge Nuñez, Psicólogo analizó el Fenómeno Gran Hermano en Tu Mañana por la 93.1, considera que analizar el fenómeno Gran hermano es necesario, más allá de las opiniones subjetivas sobre el interés que puede despertar el programa. Un ciclo que genera tanta atracción social no puede desconocerse, porque evidentemente algo genera en las audiencias. “Que todavía siguiera existiendo GH ya me llamaba la atención, pero que además fuera con tamaño éxito me hizo repensar el programa anclado en la cultura de hoy. El programa captura a un adolescente que la última vez que se emitió GH no lo había visto. Algo está sucediendo, y creo que los que pensamos la cultura y los medios no podemos dejarlo pasar”, advierte.
“A mí no me gustan esos programas, no me gustan los realities”, aclara, en términos personales. “Me parecen que son falaces, que venden una pretendida no ficción cuando en realidad son pura ficción. Todo está guionado, y el casting está pensado para producir ciertos efectos y conductas. Nada que nadie no sepa. Incluso, los mismos espectadores saben que es así y sin embargo uno comprueba de la eficacia descomunal del formato”, reconoce el investigador. En su opinión, la eficacia de un formato de estas características descansa en dos aspectos. “Una eficacia tiene que ver con que GH reedita con otras herramientas el encanto de las historias, de lo que antes eran las telenovelas, y que no se ha desplazado del todo hacia las series. Por otro lado, también atrae esa suerte de ficción no ficcional en la cual los personajes son gente como uno, cualquiera de nosotros podría estar en ese lugar y debería desarrollar estrategias para la audiencia como lo hacen
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La “ficción no ficcional” que propone GH, entonces, puede haber “ocupado” el vacío de ficciones existente en la TV argentina: hay un público ávido de escuchar, ver e involucrarse con las historias. “El Gran Hermano -e- rescata de las telenovelas algo que no siempre ha sabido hacer la literatura o el cine de las últimas décadas: construir personajes perfectamente definidos, héroes o villanos, víctimas o verdugos, apasionados o indiferentes, queribles u odiables. Y lo que es mejor: parte del público piensa que tal participante es un encanto mientras otros están seguros de lo contrario. Es mucho más rica la discusión sobre el comportamiento de los participantes del Gran Hermano que esos falsos debates políticos que ofrece la televisión y que no convencen a nadie. En cambio, los debates del Gran Hermano pueden persuadir al espectador de que Fulanito es un demonio. ¿Manipulan al espectador? Sí, como lo intenta la mayoría los programas televisivos